viernes, mayo 06, 2005

Vuelva usted mañana

Hoy por la mañana he solicitado la sustitución de mi permiso de conducción español por otro inglés. Mi carné de conducir, uno de esos vetustos documentos plegables de papel rosa que con tanto esfuerzo (y dinero) logré obtener, caduca el año que viene, y he querido evitarme el engorro de tener que renovarlo en España. Los permisos de conducción en España hay que renovarlos cada diez años; en el Reino Unido, sin embargo, te duran hasta que cumples los 70.

La gestión ha sido facilísima de hacer. Había dos posibilidades. Una era por correo postal: solicitar el Internet el formulario para que me fuese enviado gratuitamente a casa, rellenarlo, meterlo en un sobre con la documentación necesaria (mi carné español, mi pasaporte para verificar mi identidad, una foto y un cheque por las 38 libras de tasa), y enviarlo al DLVA, organismo dependiente del ministerio de Tranporte que gestiona las licencias de vehículos y de conducción. Pasados unos días, y si tu solicitud es aceptada, el DVLA te envía tu flamante nuevo carné (en sustitución del viejo) junto con tu pasaporte.

La otra opción es la que he escogido, intranquilo con la idea de enviar mi pasaporte por correo: ir a una Post Office, donde pagando 4 libras por el servicio te comprueban que el formulario ha sido rellenado correctamente y verifican tu identidad con tu pasaporte, sin que tengas que enviarlo.

Esta gestión que he descrito no es un caso aislado de comodidad. Hace dos o tres años pude cambiar la matrícula española de mi coche por una británica (obligatorio si te quedas más de seis meses en el país) sin moverme de la oficina, realizando todas las gestiones necesarias por
teléfono y por correo. Otro ejemplo de poner facilidades al ciudadano es la solicitud o renovación del pasaporte, que también se puede hacer por correo. O la compra de un coche usado: los papeles del registro del coche tienen una sección que se rellena con los datos del nuevo conductor, y no hace falta más que de enviar por correo el documento al DVLA para que el coche se registre sin tener que pagar nada a nombre del nuevo propietario.

Estos ejemplos (se me ocurren unos pocos más) justifican uno de los elogios que más le hago al Reino Unido: este país tiene una de las mejores administraciones del mundo, cómoda, práctica y al servicio del ciudadano. Todos los organismos tienen sitios web actualizados y llenos de información, desde donde es posible bajarse formularios y folletos explicativos. Todos tienen servicios de atención telefónica modernos, aunque a veces desesperan con sus colas de espera y sus interminables menús de opciones.

Por contra, no sabría por donde empezar poniendo a parir el funcionamiento y la filosofía de la Administración en España, que a veces da la impresión de que sólo sirve para dar empleo vitalicio a gente sin muchas ambiciones laborales. Hacer gestiones por teléfono o por correo en España es una quimera irrisoria. ¿Correo electrónico? ¿Internet? ¿Qué es eso? Todo el mundo a hacer cola. Qué más da que tengas que ir a trabajar; te coges el día libre o dices que estás enfermo. Por supuesto, sólo horarios de mañana, que si no nos estresamos. Y qué es eso de pagar con tarjeta o con cheque: en ventanilla y en efectivo, y reza porque tengamos cambio.

Una de las ventajas de no vivir en España es que ya no tengo que aguantar todo eso tan a menudo, aunque todavía estoy a merced de los tentáculos de la Administación española: la última vez que estuve en Madrid tuve que renovar mi DNI, aunque para ser justos no fue muy engorroso. Y hace unos meses tuve que dar de baja mi coche en la DGT. Pese a tenerlo matriculado en Inglaterra desde hacía unos años, hasta el momento había preferido seguir pagando el impuesto de circulación español que enfrentarme al dolor de cabeza de tener que ir a Tráfico a hacer la gestión. Finalmente me llegó el recordatorio de la ITV y no hubo más remedio: tuve que perder una mañana entera en las oficinas de la DGT en Arturo Soria esperando en distintas colas para poder finiquitar la cuestión.

La propia gestión además era una chapuza en cuanto a forma. Pese a que uno de los supuestos de baja del vehículo es la exportación del mismo a otro país, para realizarla hay que presentar los papeles de registro. Como estos papeles se tienen que dar al organismo extranjero al importar el vehículo, tuve que escribir una declaración de que los había perdido.

Por supuesto que no fue de los peores papeleos que he tenido que hacer en mi vida. Pero si lo comparo con lo fácil que fue hacer la gestión inversa en Inglaterra (matricular el coche) me entran ganas de llorar. Yo tenía la suerte de que las oficinas de la DGT no me pillaban lejos de casa, ¿pero que hay de quien viva fuera de la capital?

Es significativo que la traducción al inglés de la palabra "funcionario" sea civil servant: servidor civil. Servidor. En España aún nadie en la Administración parece haberse dado cuenta de que están ahí para servir al ciudadano, y que han de ser ellos quienes tienen que poner las cosas fáciles a éste, no al revés.

Más información: Cómo solicitar una licencia de conducción británica [DVLA]

1 comentario:

Anónimo dijo...

Lo que no has explicado es que DVLA es una agencia privada del ministerio de transporte.Funciona como una contrata (executive agency).

http://www.direct.gov.uk/QuickFind/GuideToGovernment/G2GMenu2/G2GArticle2/fs/en?CONTENT_ID=4003079&chk=Vkn8AP

Aqui casi todo funciona por contratos, de ahi que sean mas eficientes que los funcionarios.UK es el pais de los intermediarios.

Un sistema asi es guay, siempre y cuando garantices que la contrata se la den a una compania inteligente en vez de al cunyado de tu director de grupo de los Legionarios de Cristo....

Pocieto, alucinante el direct.gov.uk...te explican como funciona uquei de arriba a abajo..